¿Qué hay por aquí?

16 mayo 2011

Con la música a otra parte

Las declaraciones de Echenoz hacen pensar en la idea de que un escritor, a veces, puede esconder un músico fracasado o, al menos, que ser un músico serio es mucho más difícil que ser un escritor. “Sucede que el músico tiene una actividad social y un escritor no está obligado, yo de hecho rechacé un poco eso; la persona que escribe puede quedarse en su casa, como Maurice Blanchot. El músico, en cambio, tiene que mostrar su cuerpo, y por eso lo considero uno de los oficios más difíciles del mundo. El pianista concertista, por ejemplo, tiene que hacer, frente a su público, algo nuevo con algo que ya está hecho, sedimentado, y yo pude comprobar que todos ellos, por más experiencia que tengan en la materia, ante el inicio de cada concierto se mueren de miedo. Claro que escribir tampoco es fácil, implica sufrimiento. De todos modos, es el placer y no el sufrimiento lo que te lleva a escribir, pero algunos días son realmente angustiantes. Lo más difícil es cuando algo no sale; para la escritura no hay un aprendizaje ya hecho, siempre hay que empezar de cero: si uno construye una mesa, sabe que necesita cuatro patas y madera, en cambio con la escritura siempre es distinto; y cuando uno ya escribió algunos libros, justamente lo que no tiene que hacer es repetirse”.

Extracto de una reseña sobre Jean Echenoz.
Juan Pablo Bertazza. Suplemento de Página/12, 15 de mayo del 2011. 

Pueden leerla entera aquí.


3 comentarios:

MissKowalski dijo...

Creo que es cierto lo que dice Echenoz, y los músicos entregan también su cuerpo. Aún así, un músico entrega su alma en varios trazos de letra y música, mientras que el escritor la vomita en 100-200 páginas, ¿quién da más?

Creo que es muy de artistas eso de criticarnos entre nosotros: cineastas contra pintores, escritores contra músicos. A mí me recuerda a ese poema de Agnieszka Maciag que dice: "las chicas de las portadas y los telediscos no se resfrían, no tienen facturas sin pagar ni los párpados hinchados por las mañanas. No se les queman los pasteles, siempre tienen qué ponerse. No tienen ojeras ni espinillas ni preocupaciones..."

Elena Cardenal dijo...

Cada profesión tiene sus partes difíciles. Si eres un escritor de renombre tienes que dar ruedas de prensa y hablar en público que es bastante peor que tocar un instrumento, y no lo digo yo, lo dicen algunos músicos muy vergonzosos que dicen que se evaden cuando tocan y no les da palo que les miren los que han ido a verlo. Yo creo que un escritor lo tiene mas difícil, porque la gente, sea fan o no están pendiente de lo que dices para hacer una crítica.

Muy interesante, la verdad.

Saludos!!

Menlove Avenue dijo...

Gracias Kowalski, no conocía a Agnieszka Maciag, lo buscaré. :)

Estoy de acuerdo en que cada profesión tiene sus dificultades. Cualquiera que esté expuesta a la crítica pública requiere una estabilidad mental que no siempre es fácil de mantener. Decantarse por una u otra ya lo considero cuestión de aptitudes, intereses personales, posibilidades, casualidades, etc. A mí, sinceramente, me parecería más difícil trabajar en la construcción o en una pescadería, que escribiendo, aunque esos trabajos sean más anónimos (aparentemente).

Un saludo a las dos.